ESTO ES BARULLO

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jueves, 27 de noviembre de 2014

No a las adicciones! Vigorexia [Línea Sana]

Hola chicos, en esta edición hablamos de una adicción, la adicción al ejercicio. Si, existe y como cualquier otro exceso es dañina para tu salud. Se le conoce como vigorexia.
Es un trastorno caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal. A veces referido como anorexia nerviosa inversa o complejo de Adonis, la dismorfia muscular es un tipo muy específico de trastorno dismórfico corporal. Esta enfermedad es más común en los hombres, y no hay registros en cuanto a mortalidad se refiere.

La persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos. Estas personas tienen una visión distorsionada de ellos mismos y se ven débiles y enclenques. Por este motivo, el trastorno incide directamente sobre su conducta alimentaria y sus hábitos de vida, y se caracteriza por realizar una actividad física extrema, abandonando las relaciones sociales y descuidando otros aspectos de su vida, para dedicar todo su tiempo a entrenar.

La adicción al ejercicio se acompaña de una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos y el consumo abusivo de sustancias como esteroides anabólicos, con el fin de aumentar la masa muscular y conseguir un cuerpo musculoso. 

La vigorexia, que no está reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, afecta mayoritariamente a hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. Su incidencia es de cuatro de cada diez mil personas.


Causas de la vigorexia

La vigorexia puede estar ocasionada por problemas fisiológicos o emocionales, casi siempre relacionados con el entorno del afectado.

Los problemas fisiológicos están asociados a trastornos en las hormonas y los mediadores de la trasmisión nerviosa del Sistema Nervioso Central.

En el caso de que este trastorno aparezca vinculado a la relación del paciente con su entorno, se encuentran implicados factores sociales, culturales y educativos, que influyen para que el individuo desarrolle un tipo de personalidad obsesiva.

Los principales síntomas que muestran las personas con vigorexia son:

· Baja autoestima.
· Tendencia a la automedicación.
· Siguen dietas altas en proteínas y carbohidratos y bajas en grasas, que suelen incluir productos anabólicos y esteroides.

· Padecen una distorsión de la imagen corporal, y suelen mirarse continuamente al espejo y verse débiles.
· Se pesan continuamente.
· Están obsesionados con el culto al cuerpo.
· Todos los días, dedican su tiempo libre a un entrenamiento exhaustivo.
· Se aíslan socialmente.
· Presentan un cuerpo desproporcionado.

Complicaciones de la vigorexia

La actitud y los hábitos de vida que adoptan los vigoréxicos tienen como consecuencia una serie de problemas orgánicos y lesiones originados por el exceso de ejercicio y una dieta desequilibrada con abuso de sustancias dopantes. Entre las posibles complicaciones que pueden desarrollar estos pacientes están: enfermedades cardiovasculares, lesiones hepáticaso renales, disfunción erectil, atrofia testicular y cáncer de próstata.

Además, la carga de excesivo peso durante las sesiones en el gimnasio resiente los huesos, músculos y articulaciones, especialmente los de los miembros inferiores, y puede provocar esguinces y desgarros.

La modificación de la dieta puede provocar también trastornos alimentarios. El abuso de anabolizantes para intentar mejorar el rendimiento físico y aumentar el volumen muscular tiene como resultado trastornos como:
· Alteración del ciclo menstrual de la mujer.
· Aparición de acné.
· Problemas cardíacos.
· Atrofia testicular.
· Reducción del volumen de espermatozoides.
· Retención de líquidos.

Un problema frecuente de los afectados por vigorexia es que no se consideran enfermos, por lo que suelen acudir al médico cuando el trastorno está muy avanzado, o ha progresado a un trastorno obsesivo compulsivo, anorexia o bulimia. Es imprescindible, por lo tanto, que la persona reconozca que padece el trastorno y esté dispuesta a someterse a tratamiento para superarlo. El objetivo del tratamiento debe centrarse en modificar la conducta y la percepción distorsionada que tiene el paciente sobre su propio cuerpo.

Está indicado un tratamiento que combine las facetas psicológica (terapia cognitivo-conductual), farmacológica y nutricional. Al igual que en el caso de otros desórdenes emocionales y trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia, es fundamental el apoyo de los seres queridos del paciente para mejorar.

Así mismo, es importante reducir el número de horas que el paciente dedica a la práctica de ejercicio, y sustituir esta actividad por otras de su agrado, en las que además se relacione con otras personas, para que se vuelvan a sentir incluidos en la sociedad y adquieran nuevos hábitos y aficiones, con el fin de conseguir que se reduzca su obsesión por el culto al cuerpo.


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